Prays es el nombre de género de una clase de lepidópteros de la familia Plutellidae. Estas pequeñas polillas tienen hábitos nocturnos y, aunque actúan desde octubre, su máximo daño lo causan a principios de primavera.
Los prays del olivo son algunos de los más temidos. En sus momentos más activos, los prays pueden suponer una importante plaga para varios tipos de vegetales. Además del olivo, también atacan a las crucíferas (rábanos, col, Kale, nabos…). ¿Cómo afectan a los cultivos estas especies? ¿Y cómo se pueden controlar?
Aunque existen muchísimas especies de prays, algunas como Prays oleae se cuentan entre las más temidas. Este lepidóptero afecta principalmente al olivo, llamándose también polilla del olivo, y constituye la segunda plaga más fundamental detrás de la mosca del olivo. Las larvas son las que producen el daño y según la generación de prays a la que pertenecen, afectan a diferentes partes de la planta.
Así, la primera generación, o filófaga, está constituida por las larvas. Estas entran en el interior de las hojas y excavan galerías en el interior para pasar el invierno devorando la hoja. De enero a marzo salen al exterior, se introducen en otra hoja distinta para continuar alimentándose. Es en estas fechas en las que se nota su presencia, ya que roe el parénquima de la hoja de forma visible.
La segunda generación, conocida como generación antófaga, aparece de abril a junio y ataca a las flores. La hembra de una generación anterior pone los huevos en los grupos florales, de los que nacen las larvas a los siete días y penetran en el botón floral para alimentarse del polen. Poco a poco irán comiéndose la flor.
La tercera, o carpófaga, actúa de junio a octubre, causando daños en los frutos. La puesta que realizaron las polillas de la segunda generación en la aceituna cuajada, eclosiona y las larvas crecen en apenas una semana. Entonces, penetran en la aceituna y se alimenta del hueso. Las olivas atacadas caen al suelo cuando la larva abandona el fruto, a mediados de septiembre, por el pedúnculo, comenzado de nuevo el ciclo.
Una cuestión importante es entender a qué generación de prays nos estamos enfrentando, según la fecha. Para la primera se pueden emplear tratamientos aéreos agrobiotecnológicos pensados para combatir lepidópteros. Estos son específicos y directos, y no dañan a otras especies. Son bastante eficaces y pueden servir como preventivos y como tratamiento.
Estos mismos tratamientos, debido a su inocuidad, pueden emplearse con las fases dos y tres, aunque no son tan efectivos debido a la fisionomía del fruto y la flor, que pueden requerir de tratamientos adicionales. Lo más eficiente para combatir el prays es hacerlo a finales de invierno, cuando la larva de la primera generación va a salir en busca de otra hoja de la que alimentarse y se topará con la barrera impuesta por el tratamiento. En Probelte contamos con la mejor ayuda para tu campo y luchar contra la plaga de prays del olivo.