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Roya Amarilla: ¿Cómo combatir y prevenir esta enfermedad?

Las royas son un conjunto de enfermedades que atacan a varias plantas de interés comercial, pudiendo causar daños que oscilan entre leves y muy graves, dependiendo de la especie y de la variedad. Hoy vamos a hablar específicamente de la conocida como roya amarilla, una patología que afecta al trigo causando la aparición de pústulas amarillas, cuya prevención y tratamiento es importante conocer por si alguna vez nos tenemos que enfrentar a una invasión del hongo en nuestros cultivos.

¿Qué causa la roya amarilla?

La roya amarilla aparece por una infección fúngica del trigo, provocada por una especie denominada Puccinia striiformis. Esta, a su vez, pertenece a un grupo de hongos que producen las enfermedades coloquialmente conocidas como royas, caracterizadas por provocar la aparición de puntos de distintos colores en sus hospedadores cuando se encuentran en alguna de sus fases de esporulación.

El hongo en sí tiene un ciclo de vida bastante complejo, dividido a su vez en diferentes fases, en algunas de las cuales se reproduce de manera sexual o formando esporas por mitosis de manera asexual. Al microscopio se pueden reconocer hasta 5 tipos de esporulaciones distintas, cada una con su propio nombre y características.

Además, aunque por su interés comercial su estudio se ha centrado principalmente en cómo infecta a las plantas de trigo, cabe destacar que este parásito también es capaz de infectar a otras plantas salvajes, las cuales actúan en algunas zonas como reservorio de la enfermedad de un año para otro, ya que al ser un organismo parásito obligado, su supervivencia fuera de los vegetales a los que infecta es muy corta.

¿Cuáles son las características de la enfermedad que nos permiten identificarla?

La roya amarilla tiene una apariencia bastante conspicua, con la aparición de pústulas de color amarillo anaranjado (son los llamados uredios, formados por miles de uredósporas) que se extienden a lo largo de las nervaduras de las hojas. Al microscopio, las lesiones tienen una forma ligeramente alargada, y tamaños que oscilan entre 0,5 y 1 mm de longitud.

Las hojas suelen ser el órgano más afectado de la planta, aunque en los casos más graves de infección hay otras zonas que son susceptibles de ser colonizadas, como tallos, espigas e incluso la superficie de los granos.

P. striiformis es un hongo sensible a la temperatura, por lo que cuando el clima se vuelve caluroso tiende a desarrollar estructuras para asegurar su supervivencia. En esta fase las pústulas se vuelven de color negro, y reciben el nombre de teliosoros.

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¿Cómo puedo prevenir la aparición de esta enfermedad en mis cultivos?

Como en todos los casos en los que tratamos con un fitopatógeno, siempre será mejor prevenir que curar, aunque tratar con la roya amarilla puede resultar más difícil de lo que parece.

La técnica de prevención que más se ha venido utilizando durante las últimas décadas ha sido sencillamente cultivar variedades resistentes. El problema es que el hongo también posee diferentes versiones con sus correspondientes genes de virulencia, por lo que es recomendable informarse sobre cuál es el tipo de roya amarilla que predomina en nuestra zona y sembrar de manera acorde a ello. 

No obstante, el hongo muta con cierta frecuencia, y la aparición de razas como la bautizada Warrior/Ambition están causando cierta preocupación entre los agricultores, habiéndose registrado ya su presencia en el norte de España desde el 2012.

Afortunadamente, debido a las características del parásito, algunas medidas preventivas adicionales no son necesarias; como la desinfección de las semillas antes de plantarlas, o la eliminación de los restos de cosechas previas, ya que la vida del parásito fuera de su hospedador es muy limitada.

Finalmente, si la roya supera ciertos niveles de infección, deberemos recurrir a compuestos fitosanitarios antifúngicos adecuados, como Belprón. Este producto contiene en su fórmula mancozeb, un ditiocarbamato muy efectivo a la hora de combatir esta engorrosa enfermedad. El uso preventivo de productos basados en el cobre como Beltasur 500 también pueden ser de gran ayuda, aparte de prevenir otras enfermedades de origen fúngico.

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