La fresa o frutilla es una de las frutas más apreciadas y rentables del mercado, siempre que esté bien cuidada. Dentro del género Fragaria, que engloba a numerosas especies, estan las variedades comerciales que surgen de hibridar a las americanas F. chiloensis y F. virginiana. Con el frío encima, comienzan a darse las fechas de inicio de recogida. Por tanto, es el momento de prepararse. ¿Cómo y cuándo se recolecta la fresa?
Cuándo se recoge la fresa
La parte vegetativa de la fresa es altamente resistente a heladas, llegando a soportar temperaturas de hasta –20ºC, aunque los órganos florales quedan destruidos con valores algo inferiores a 0ºC. En términos generales, las temperaturas por debajo de 12ºC durante el cuajado dan lugar a frutos deformados por el frío. Sin embargo, necesita acumular una serie de «horas de frío», con temperaturas por debajo de 7ºC, para que su vegetación y fructificación sea abundante.
Es por ello que, a finales de diciembre y principios de enero, en el sur y mitad peninsular, suele ser la época perfecta para la recolección del fruto procedente de variedades tempranas (de ciclo corto) como la ‘Fortuna’, ‘San Andreas’, ‘Primoris’ o la ‘Splendor’. Más allá podemos toparnos con heladas que destruyan la cosecha, y antes las altas temperaturas jugarán en nuestra contra.
El resto comenzarán su recogida a finales de enero y principios de febrero, que es cuando comienza el ciclo normal de recolección. Las fechas pueden variar en el calendario dependiendo de la temperatura, por supuesto, pero el rango siempre oscila entre finales de diciembre y principios de febrero, cosa que es apoyada por el uso de invernaderos.
Cómo se recolecta la fresa o frutilla
Por ser una planta rastrera, por la delicadeza de los frutos y la configuración de los campos de cultivo, la fresa es una cosecha que requiere, normalmente, de una recolección manual, con escasa mecanización. Para ello, cuando el fruto comienza a madurar, pero antes de que se torne rojo del todo, se va tomando y almacenando adecuadamente.
Para arrancarlo es importante seleccionar los frutos que no estén dañados ya que podrían abrirle la puerta a los hongos y otros patógenos. La fresa se arranca con el peciolo completo, ya que el tallo verde todavía cumple algunas funciones fisiológicas en la fresa. De esta manera mantendremos el fruto más tiempo.
Una vez arrancadas, se ha de limpiar el fruto de estolones y hojas muertas, así como de suciedad que haya podido caer sobre el mismo. El almacenaje se hace a la sombra o en cámaras frigoríficas. No se recomienda congelar si el consumo es en crudo, pues la fresa se vuelve blanda y pierde algunas cualidades organolépticas que la diferencian.
Cuidado ante plagas y enfermedades
Por su textura carnosa y blanda, la frutilla es propensa a sufrir el ataque de diversos patógenos y plagas. Entre los más peligrosos y desagradables están, sin duda, los hongos, que pueden afectar al fruto incluso después de recogido.
Por ello, es conveniente mantener un buen tratamiento antifúngico previo que proteja al cultivo antes, incluso de que pueda aparecer ningún peligro. Seleccionando bien el producto protector, lo único que necesitamos hacer es lavar la fruta antes de almacenarla, o antes de distribuirla.
El caso alternativo supone poner en peligro toda la cosecha por contaminación. Esto puede ocurrir en apenas horas, o días, si almacenamos la fruta contaminada sin darnos cuenta. Existen numerosos tratamientos adecuados y respetuosos cuyo objetivo es proteger la fresa o frutilla contra plagas y hongos. Solo debemos escoger el que más se ajuste a nuestras necesidades y mantener una buena prevención.