La mosca de la fruta mediterránea, cuyo nombre científico es Ceratitis capitata, es un pequeño díptero que perteneciente a la familia Tephritidae, un grupo de pequeños insectos fitófagos que integra varias especies consideradas plagas de diferentes cultivos. Los adultos ponen los huevos en los tejidos sanos de las plantas, de los cuales emergen las larvas que se alimentan de ellas. Esto produce la destrucción de flores, raíces, hojas o tallos, lo que acaba mermando la producción de la cosecha, llegando en casos extremos incluso a la muerte del vegetal por debilitamiento y pérdida de nutrientes.
La mosca de la fruta en los cítricos.
Aunque esta especie es polífaga, y puede parasitar más de 300 especies de plantas distintas, en España se considera una plaga de gran peligro que afecta sobre todo a cítricos. Tanto es así que, en países en los que este insecto aún no ha llegado, obligan a realizar cuarentenas a las cosechas importadas procedentes de países endémicos, para evitar que esta se extienda. Además de atacar a los cítricos, cabe destacar los problemas que puede causar a viñedos y a plantaciones de frutales de hueso.
La mosca de la fruta tiene un ciclo de vida corto, de entre 40 y 60 días, desde que sale del huevo hasta que es capaz de reproducirse. Las hembras maduras fertilizadas buscan el fruto y ponen los huevos dentro de él, para lo cual tienen que practicar un orificio. Dicho agujero puede ser así mismo foco de infecciones secundarias por hongos o bacterias.
Una vez que los huevos eclosionan, evento que se produce entre 2 y 4 días después de la puesta, nacen unas larvas blanquecinas que excavan galerías en el fruto y lo echan a perder. Después de ello pupan, y nace la nueva generación de adultos.
Métodos de control de la mosca de la fruta mediterránea
Los métodos más efectivos son, como en la gran mayoría de casos, los insecticidas. No obstante, las leyes se están volviendo recelosas del uso indiscriminado de los mismos por parte de los agricultores, favoreciendo cada vez más el uso de controles biológicos, biotecnológicos y biotécnicos; como la suelta de machos estériles en zonas próximas a los cultivos o el desarrollo de trampas para adultos.
En el caso de usar productos fitosanitarios, se recomienda que se utilicen los menos perjudiciales y contaminantes posibles, como es el caso de Belproil: un insecticida a base de aceite de parafina que actúa por asfixia al bloquear los conductos respiratorios de estos insectos.