La polilla de los cítricos es un diminuto insecto cuya supervivencia depende de los cultivos de, válgase la redundancia, cítricos. Ataca a todas las especies del género Citrus, incluyendo limones, naranjas, mandarinas, clementinas, etc. Los daños que ocasiona se centran sobre todo en los frutos en temprano desarrollo y principalmente en los botones florales, que es donde las larvas se desarrollarán hasta que emerja un adulto con capacidad de volar, y vuelva a repetir todo el proceso.
En el artículo de hoy vamos a dar unas cuantas claves sobre esta pequeña polilla, de modo que podamos prevenir la pérdida de la cosecha mediante su temprana identificación y la aplicación de métodos de control fitosanitarios adecuados.
¿Cómo se identifica la polilla de los cítricos?
La polilla de los cítricos es, como su nombre indica, un lepidóptero de pequeño tamaño, que no rebasa el centímetro y medio en su etapa adulta. Durante la misma, tiene la capacidad de volar para buscar pareja y así poder conseguir la fecundación de los huevos, los cuales son depositados por la hembra sobre las hojas o los botones florales.
Los huevos son blanquecinos, pequeños y con forma de lenteja, siendo depositados durante varias puestas a lo largo del año. Normalmente las generaciones más peligrosas son aquellas que nacen durante la época de floración abundante, es decir, justo ahora en abril y mayo.
La larva al nacer atraviesa los pétalos y comienza a alimentarse a partir de las estructuras florales, lo que las daña irreversiblemente. También se ha observado que la oruga es capaz de dañar las hojas, las yemas y las zonas de corte de los injertos.
Una vez que ha alcanzado cierto tamaño, mudará produciendo un capullo, cuyos hilos son visibles en las zonas afectadas.
Finalmente, surge de nuevo el adulto y se cierra así su ciclo vital.
¿Cómo puedo combatir la polilla de los cítricos?
Lo más importante es, como siempre, la prevención. La observación continua de los árboles, así como el seguimiento de las trampas de captura basadas en feromonas, nos pueden dar una idea aproximada de cómo de extendida está la plaga en nuestro terreno.
Si el número de insectos rebasa cierto umbral, deberemos realizar un tratamiento fitosanitario adecuado, teniendo en cuenta como siempre la dosis recomendada del producto a aplicar. Así mismo utilizaremos siempre un químico cuyo uso esté aprobado para nuestro tipo de cultivo.