La primavera ha sido desde siempre una época de renovación y de vida, y en algunas culturas se relaciona con la fertilidad y la abundancia puesto que en esta estación es cuando se produce la mayor explosión de biomasa vegetal del año.
Conforme se acerca el equinoccio, los días empiezan a alargarse y las temperaturas se elevan poco a poco, lo cual envía un mensaje claro a las plantas que durante la época más fría se encontraban en estado de dormancia esperando con ansia las lluvias. Todos estos fenómenos disparan mecanismos fisiológicos de los vegetales que culminarán con la aparición de las flores en los ejemplares adultos de muchos de ellos, y con la germinación de gran cantidad de semillas cuya formación se produjo en otoño o invierno.
Por todo ello, la primavera se convierte en una excelente época para sembrar y plantar algunas de nuestras cosechas preferidas, y con motivo su cercanía en el calendario, vamos a hacer un pequeño compendio de las mismas que pueden entrar a formar parte de nuestros huertos.
Cultivos de primavera
Cebollas: ya hablamos de ellas en el artículo anterior. Tienen varias fechas de siembra según la variedad, y primavera es una de ellas.
Espinacas: una verdura muy rica en vitaminas y sustancias con propiedades antioxidantes. Famosas por los anuncios de Popeye anunciando el hierro que tenían, aunque existen otras plantas que consumimos cuya cantidad de hierro es notablemente mayor como, por ejemplo, las judías. Cabe destacar que es un cultivo de crecimiento y cosecha rápidos.
Rábanos: también se pueden plantar en otoño o verano, en formato de semilla y directamente en el lugar donde quedarán finalmente (las especies con bulbos suelen llevar mal los trasplantes).
Judías: es una planta que no soporta bien el frío, por lo que debe sembrarse una vez que las temperaturas mínimas superan los 10 grados. Según el tipo de crecimiento que tenga la variedad se plantarán en surcos separados una cierta distancia entre sí.
Patatas: se suelen plantar idealmente a finales de marzo o principios de abril, ya sea mediante semillas o plantones. La cosecha tardará en hacerse desde 75 a 200 días, según la variedad.
Guisantes: normalmente se plantan en otoño, pero en zonas con inviernos muy fríos se hace a finales del invierno o comienzos de primavera.
Tomates: existen muchísimas variedades de esta planta, que como ya dijimos en un artículo es la fruta más consumida del mundo. Se hace desde semilla.
Melones y sandías: se siembran en primavera para poder disfrutar de la cosecha en verano.
Aromáticas: la mayoría no crecen durante el invierno, pero en primavera tendrán un crecimiento exuberante.
Pepinos: se siembran a finales de primavera o principios de verano, y tardan un par de meses en cosecharse. No pueden faltar en la ensalada.