El azafrán es una de las especias más caras y cotizadas que existen, ya que su extracción solo se puede realizar de forma manual, es lenta y la cantidad de materia prima que se recolecta por planta es sumamente baja.
La planta de azafrán recibe el nombre científico de Crocus sativus, y pertenece a un grupo muy conocido de plantas bulbosas llamadas iridáceas. Sus flores, que aparecen entre octubre y noviembre, son las que contienen los estigmas, que es la parte del pistilo que se cosecha y se seca para obtener la especia.
España es el segundo país del mundo en producción de azafrán, solo por detrás de Irán. También es, probablemente, uno de los mayores consumidores de dicho producto, puesto que como todos sabemos se usa para dar un sabor muy especial a la paella. En el artículo de hoy vamos a ver cuáles son las claves del cultivo del azafrán, para inspirar al agricultor que esté pensando en lanzarse a cultivar esta bella planta.
Clima favorable para el azafrán
El azafrán es una planta bulbosa que soporta muy bien los climas extremos, gracias en parte a que genera unas estructuras de resistencia bajo tierra llamadas bulbos. Esto le permite aguantar las condiciones calurosas y secas del verano, siendo una planta que acepta sin problemas el cultivo de secano.
En invierno, una vez que las flores ya han sido cosechadas y la parte aérea muere, la capa de tierra que existe por encima de los bulbos los protege contra las heladas, aguantando temperaturas de hasta -12ºC.
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Preparación del terreno y primeros pasos
Como en cualquier cultivo, la correcta preparación de la tierra resulta una tarea indispensable para obtener los mejores resultados, siendo en el caso del azafrán un paso importante al ser una planta de bajo mantenimiento.
La planta de azafrán tiene predilección por los terrenos bien drenados, algo sueltos y ligeramente calizos. Conviene evitar las zonas arcillosas, frías o húmedas, ya que podrían hacer que el bulbo se pudriera. Toleran un rango de pH del suelo de entre 6 y 8.
El abonado se suele realizar de dos maneras: o bien se añade estiércol al terreno durante el invierno antes de insertar los bulbos en la tierra, o bien se le proporciona un abono nitrogenado de forma superficial una vez que se ha producido la plantación.
Conviene así mismo labrar la tierra para que esta quede mullida y suelta, como paso previo a la plantación, que se debe hacer en verano, siendo el mes exacto dependiente del estado de humedad del suelo. Para ello se utilizarán directamente los bulbos en vez de las semillas, a los que se les quitan las túnicas exteriores. Estos se introducirán a una profundidad de 20 cm, separados entre ellos 10 cm, en unas zanjas cavadas a tal efecto previamente.
Riego
No es una planta especialmente delicada con el tema del agua. No obstante, es recomendable regar (o que se produzcan precipitaciones generosas) en dos épocas específicas: a principios de primavera, para que se multipliquen los bulbos, y a principios de otoño, para ayudar a la floración.
El azafrán puede ser cultivado en régimen de secano o regadío, no habiendo diferencias sustanciales en la calidad o cantidad de la cosecha. El riego se puede realizar mediante gotero o a manguera, este último método siempre que la superficie cultivada no sea muy extensa.
Recolección
Es la parte más tediosa, ya que requiere utilizar mucha mano de obra e inevitablemente se tiene que hacer a mano. Debido a estas dos circunstancias, el precio que adquieren los estigmas una vez secado es muy alto, rondando en España los 6000 euros el kg, aproximadamente. Esto provoca la existencia de una gran competencia en el mercado del azafrán, habiendo países como Irán, Marruecos o India que lo venden a un precio más barato. En ocasiones, algunos productores españoles compran en dichos países y lo venden etiquetado como material español, resultando no obstante un producto de menor calidad.
La recolección del pistilo se realiza frecuentemente con pinzas de depilar, bien in situ cuando en la plantación hay pocas flores, o bien cortándolas enteras y procesándolas más tarde en un sitio más cómodo.
Después de estas tareas, el material rojo debe someterse a un proceso de desecación, que se puede realizar a temperatura ambiente o bien con la ayuda de estufas a baja temperatura. Posteriormente, los estigmas se almacenan durante al menos 3 meses para que maduren de manera adecuada los compuestos químicos que les proporcionan ese sabor tan característico.
Enfermedades
A pesar de ser una planta resistente al ataque de las plagas y a muchas enfermedades, se recomienda no plantar azafrán en la misma tierra en la que han sido cultivadas previamente patatas, zanahorias, nabos u otros vegetales en los que se consuma principalmente su parte subterránea, debido a que les afectan los mismos problemas.
Es recomendable cambiar la situación de la plantación cada 3 años, y no volver a cultivar azafrán en esa zona durante al menos 10. Esto nos permitirá evitar la aparición de ciertas enfermedades fúngicas peligrosas para estos vegetales que no tienen cura.
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Los hongos que afectan al azafrán con más frecuencia son los del género Fusarium y Rhizoctonia. Los antifúngicos actuales no son efectivos en estos casos, por lo que la mejor forma de curarnos en salud será siempre la prevención.