Tras el brote de coronavirus que apareció en China en diciembre del año pasado, y su posterior expansión al resto de la geografía terráquea, el mundo está viviendo una época de incertidumbre y recesión económica, marcada principalmente por los intentos de los gobiernos de frenar la expansión de la enfermedad y evitar el colapso de los sistemas sanitarios nacionales.
Las medidas que en cada país ha impuesto a sus ciudadanos han afectado en mayor o menor medida a todos los sectores económicos, entre los cuales se encuentra el agrario. En este post vamos a tratar de analizar cuáles han sido las restricciones que más han afectado a la agricultura, y qué soluciones se están barajando para paliar la crisis en nuestro territorio.
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El control del transporte y la exportación de alimentos
Uno de los aspectos más importantes de la agricultura es la capacidad de transportar las cosechas hasta las zonas de venta y consumo. Las restricciones a la movilidad personal en nuestro país, reducidas a la obtención de bienes de primera necesidad, provocó en los primeros días de la cuarentena compras masivas, que llegaron incluso a agotar algunos productos en determinados supermercados.
Por fortuna, muchos productores y comercios están redoblando esfuerzos durante estos días para impedir que nos encontremos las estanterías vacías, por lo que podemos estar tranquilos de que la próxima vez que vayamos al supermercado a comprar comida encontraremos género de sobra.
Sin embargo, las exportaciones de ciertos productos vegetales a otros países sí que se han visto afectadas. Alimentos como el vino o el aceite (que ya de por sí estaba sufriendo debido a los aranceles impuestos por EEUU) están notando una disminución de las exportaciones hacia zonas como Asia, uno de los continentes más afectados por el coronavirus.
El cierre de las fronteras
Aunque algunos profesionales como los transportistas pueden seguir viajando a territorio extranjero debido al trabajo que desempeñan, la mayoría de personas tienen vetado en este momento el movimiento hacia o otros países o hasta el nuestro para evitar que el coronavirus se expanda más de lo que hasta ahora ha conseguido. Esta situación está perjudicando gravemente a los agricultores que echaban mano de jornaleros extranjeros, en el caso de España sobre todo a los procedentes de Marruecos y el norte de África.
Algunos empresarios del sector están preocupados especialmente de cara a las cosechas de finales de abril y principios de mayo, por lo que han realizado un llamamiento a todas las personas que iban a dedicarse a los sectores del turismo y hostelería y que en la actualidad se encuentran paradas.
Uno de los cultivos más afectados en este momento es la fresa, que se encuentra en plena campaña de recogida. Otros países como Francia, Reino Unido o Alemania también están teniendo problemas similares con sus respectivos productos agrícolas.
Medidas especiales de prevención para los jornaleros
Las personas que no han tenido problemas a la hora de trabajar en el campo deberán seguir por precaución una serie de normas básicas de higiene y distanciamiento social para evitar que estos cúmulos humanos actúen como fuentes de contagio de coronavirus.
Entre las medidas que se han adoptado está la obligación de asistir al lugar de trabajo viajando como máximo una persona por cada coche, o en el caso de utilizarse un transporte común para los trabajadores, se exige que este no sea ocupado con más del 50% de su capacidad máxima de pasajeros.
Así mismo, en las zonas de trabajo, se recomienda guardar una distancia de seguridad entre personas de unos 2 metros.
Las ayudas europeas a empresarios del sector agrícola y ganadero afectados por el coronavirus
No todo son malas noticias en esta grave crisis sanitaria que afrontamos, ya que la Comisión Europea está tratando de suavizar a golpe de talonario las economías de las zonas más perjudicadas por el coronavirus. En el caso del sector agropecuario, Bruselas ha anunciado que ofrecerá préstamos de hasta 200.000 euros con tasas de interés muy bajas y calendarios de devolución favorables.
Dichos préstamos serán cubiertos por el Fondo Europeo de Agricultura y Desarrollo Rural, y servirán así mismo para ayudar en los gastos del sistema sanitario de las áreas rurales.