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Cultivos de hoja: variedades, cuidados y método de siembra

junio 15, 2020

Las hortalizas de hoja son, como su nombre indica, todas aquellas verduras que se cultivan para consumir preferentemente sus hojas, un órgano que en la planta se utiliza casi exclusivamente para hacer la fotosíntesis y que son ricas en vitaminas A, C, B, E y K, calcio y hierro.

Ejemplos de este tipo de cultivos son las acelgas, la rúcula, las lechugas, las coles, las espinacas, el brócoli o el apio. Cada una de ellas tienen sus peculiaridades a la hora de cultivarlas, por lo que en el artículo de hoy intentaremos hacer un breve resumen de los aspectos más importantes del cuidado que requieren.

Métodos de siembra

Las hortalizas de hojas se cultivan normalmente desde semilla, ocurriendo dicho proceso en la época propicia para cada especie. Las acelgas y las lechugas se suelen sembrar en la época fría de otoño-invierno, el apio se hace en primavera, y algunas especies como las coles se siembran a mediados del verano

Cuidados

La pega que tiene el cultivo de las hortalizas de hojas es, precisamente, que este órgano es bastante delicado. Por ello, muchas veces se recurre al montaje de mallas de sombreo, que impiden que las hojas se quemen en las horas más calurosas del día. El riego se suele efectuar por goteo, teniendo en cuenta que los excesos y las carencias tendrán un impacto significativo en la cosecha final, debido a la gran proporción de agua que contienen este tipo de vegetales. Un riego demasiado abundante podría producir podredumbres de las raíces, por lo que se recomienda que exista un buen drenaje del terreno.

Enfermedades y plagas

Una de las plagas que más afectan a las hortalizas de hoja son los caracoles y las larvas de los lepidópteros, ya que su alimentación voraz se basa precisamente en la ingesta de hojas vegetales.

Otras afecciones comunes a este tipo de cultivos son los ataques por hongos (si las condiciones de humedad son propicias a ello), por nemátodos, por minadores de las hojas, por algunos coleópteros fitófagos, por pulgones o por otros tipos de insectos.

Existen productos fitosanitarios que resultan muy efectivos para el combate de cada uno de estos problemas, pero tendremos que tener en cuenta la especie que cultivamos y el tipo plaga o enfermedad a la que nos estamos enfrentando

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