Las hortalizas de hoja son, como su nombre indica, todas aquellas verduras que se cultivan para consumir preferentemente sus hojas, un órgano que en la planta se utiliza casi exclusivamente para hacer la fotosíntesis y que son ricas en vitaminas A, C, B, E y K, calcio y hierro.
Ejemplos de este tipo de cultivos son las acelgas, la rúcula, las lechugas, las coles, las espinacas, el brócoli o el apio. Cada una de ellas tienen sus peculiaridades a la hora de cultivarlas, por lo que en el artículo de hoy intentaremos hacer un breve resumen de los aspectos más importantes del cuidado que requieren.
Métodos de siembra
Las hortalizas de hojas se cultivan normalmente desde semilla, ocurriendo dicho proceso en la época propicia para cada especie. Las acelgas y las lechugas se suelen sembrar en la época fría de otoño-invierno, el apio se hace en primavera, y algunas especies como las coles se siembran a mediados del verano.
Cuidados
Enfermedades y plagas
Una de las plagas que más afectan a las hortalizas de hoja son los caracoles y las larvas de los lepidópteros, ya que su alimentación voraz se basa precisamente en la ingesta de hojas vegetales.
Otras afecciones comunes a este tipo de cultivos son los ataques por hongos (si las condiciones de humedad son propicias a ello), por nemátodos, por minadores de las hojas, por algunos coleópteros fitófagos, por pulgones o por otros tipos de insectos.
Existen productos fitosanitarios que resultan muy efectivos para el combate de cada uno de estos problemas, pero tendremos que tener en cuenta la especie que cultivamos y el tipo plaga o enfermedad a la que nos estamos enfrentando