Cultivo de otoño: ¿Qué debemos tener en cuenta?

Llega el otoño, el cambio de temperatura y los días más cortos del año. En una época perfecta para ciertos tipos de cultivos, aunque también para ciertos cuidados específicos a tener en cuenta. ¿Cuáles son las plantas de otoño e invierno?

¿Qué plantas podemos cosechar en otoño?

Las cosechas de otoño, y también de invierno, son variadas, y más abundantes de lo que puede parecer por el frío que está por llegar. Muchos de los vegetales son de crecimiento rápido, por lo que la cosecha aprovecha los tiempos. Otros están especialmente adaptados al frío.

Entre las hortalizas de otoño e invierno encontramos la berenjena, el calabacín y la calabaza. También el pepino y la zanahoria. Entre las plantas más comunes están la cebolla, la coliflor y los nabos, así como la rúcula y espinacas. Funciona, además, la lechuga, el apio y el guisante o las habas. El brócoli y el ajo son buenas cosechas para estas fechas.

El otoño también es un buen momento para plantar ciertos frutales y arbustos (o trasplantarlos) y, aunque no es tan relevante para lo que tratamos en este texto, en esta época se cosecha la uva, el caqui, la granada, la manzana, la pera o, incluso el kiwi.

Qué debemos tener en cuenta para los cultivos de otoño e invierno

Antes de lanzarse a cultivar, es conveniente prepararlo todo, y hablamos de bastantes aspectos del cultivo. En primer lugar, el cambio más inmediato que sufrirá la plantación será el de la temperatura y, con ella, la humedad. Por tanto, deberemos empezar a regular el riego de una forma más eficiente. Comenzaremos reduciendo poco a poco hasta controlar el sustrato según las necesidades.

Recordemos que un suelo encharcado y congelado asegura la muerte de la planta. Otro aspecto importante es el aporte de abonos. Durante esta época la planta aprovecha mejor el tiempo de crecimiento. A excepción de ciertos cultivos concretos, se reduce la cantidad de fertilizantes que hay que emplear, aunque de eso hablaremos un poco más adelante.

También es el momento de hacer una poda de corrección. Esto servirá para mantener el vigor de la planta y evitar que haya tejidos que acaparen todos los nutrientes. También ayudará a controlar la fructificación, salvaguardando la cosecha. En el caso de algunos cultivos de otoño, es el momento de tutorarlos. Entre estos cultivos encontramos los pimientos, pepinos, berenjenas, calabazas y las habas. Esto se realiza ubicando una caña o poste resistente al lado de cada planta. A el sujetaremos la planta por medio de una cuerda, que iremos arreglando a medida que va creciendo.

No hay que olvidar que esta es una época prolífica para las malas hierbas y otros peligros para el cultivo. Las plagas de otoño acechan a la vuelta de la esquina, y hay que controlar las especies vegetales que puedan poner en peligro a la cosecha.

Lo último que debemos preparar, para entrar en el invierno adecuadamente, es el acolchado. Este proporcionará protección a las plantas del frío. Consiste en cubrir el suelo con un material que de calor, como puede ser corteza de pino u otros restos vegetales.

Sobre el abonado en otoño

Hay que tener especial precaución en esta época a la hora de fertilizar el suelo. Es relativamente sencillo quemar a las plantas con exceso o limitar demasiado la cantidad de nutrientes sin querer. Lo primero, para poder hacerlo adecuadamente, es entender una diferencia esencial: no es lo mismo un fertilizante que un abono.

Un fertilizante es un compuesto en formato sólido o líquido, de tipo mineral, en cuya composición podemos encontrar los compuestos nutritivos que la planta absorbe directamente mediante su sistema radicular.

Los abonos son, en contraposición, compuestos orgánicos de origen animal o vegetal que se adicionan al sustrato y le otorgan mejores propiedades y nutrientes para las plantas. Los fertilizantes orgánicos no solo nutren el suelo, sino que permiten el crecimiento de la microbiota y microfauna, las cuales serán las encargadas de descomponer dichos compuestos, transformándolos poco a poco en nutrientes solubles que serán absorbidos lenta y progresivamente por las plantas.

Así mismo, otra característica importante de estos compuestos es que mejoran la estructura del suelo, aportándole porosidad y permitiendo la formación de sustancias orgánicas complejas como el humus. En términos generales, por esta y otras cuestiones, el abonado en otoño es mejor hacerlo con fertilizantes, aunque hay que tener en cuenta que la materia orgánica no se degrada tan rápidamente. Pero esto es bueno ya que nos permite tener mayor rango de cantidades para evitar, así, equivocarnos por exceso.

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