La mayoría de la gente que se dedica al cuidado de las plantas, ya sea de forma profesional o bien como hobby, se ha tenido que enfrentar en algún momento a los trips: unos pequeños insectos que forman plagas y que son capaces de arruinar cosechas enteras.
Estos pequeños artrópodos (ya que raramente alcanzan el medio centímetro) pertenecen al orden Thysanoptera; que en griego significa “alas con flecos”, debido a que al microscopio se observa que poseen unos diminutos filamentos que les dan un aspecto “plumoso”. La mayoría se alimentan de vegetales, y poseen un aparato bucal especializado con el cual abren heridas en sus tejidos para succionar los contenidos celulares. Esto provoca no solo el debilitamiento de las plantas por la pérdida de nutrientes, sino que estas lesiones pueden actuar como vía de entrada de otras enfermedades de carácter fúngico o bacteriano.
Además, se sabe que muchas especies de trips son portadores de diversos virus patógenos de los cultivos, por lo que suponen un riesgo económico importantísimo para la agricultura.
¿Cómo se detecta la presencia de trips?
Afortunadamente, estos insectos son fáciles de detectar, y actuando a tiempo existen grandes posibilidades de salvar nuestras plantas de estos dañinos visitantes. Para ello, observaremos la presencia de hojas marrones o plateadas en las mismas, las cuales han perdido su característico color verde. Al darles la vuelta, constataremos la presencia de pequeñas larvas de color amarillo, y de adultos algo más grandes de colores oscuros. Su presencia es solo evidente en el envés de las hojas, debido a que está menos protegido que el haz, el cual tiene mayor proporción de ceras y una cutícula más gruesa.
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¿Qué hago cuando detecto la presencia de trips en mis plantas?
Lo primero que hay que plantearse ante la aparición de esta plaga es si se está realizando alguna actividad de forma incorrecta que estrese a la planta y la haga más propensa a contraer enfermedades y plagas. Ejemplos de ello podrían ser la falta o el exceso de nutrientes, riego, luz o temperatura.
Hay que tratar de favorecer la presencia de depredadores naturales de los trips en los cultivos, como pueden ser las mariquitas o las crisopas, dos grandes aliados contra innumerables insectos dañinos.
Por último, cuando existe una alta tasa de infección en el cultivo, se debe recurrir a productos especializados y de calidad como Ritmus: un insecticida piretroide de amplio espectro que nos ayudará a librarnos rápidamente de algunas de las plagas más comunes de nuestros cultivos.