La alternaria es una enfermedad causada por un agente fúngico, es decir, que tiene su origen en la infección del vegetal por parte de un hongo cuyo nombre científico genérico coincide con el vulgar.
El género Alternaria pertenece al taxón biológico de los ascomicetos, un diverso grupo de hongos en el cual podemos encontrar especies unicelulares y pluricelulares. El susodicho se caracteriza, entre otras cosas, por una estructura que posee las ascosporas conocidas como asca, que se produce tras darse la reproducción sexual en los mismos.
Las especies de Alternaria son uno de los principales patógenos vegetales, produciendo grandes pérdidas en las cosechas. Suponen incluso un peligro para la salud humana, ya que resultan un alérgeno para muchas personas y producen sustancias de carácter tóxico para nuestro organismo. En el caso de los pacientes inmunodeprimidos se pueden llegar a dar casos de infecciones oportunistas por estos hongos que se conocen como alternariosis.
Alternaria en el tomate
La Alternaria es un hongo polífago, lo cual significa que tiene la capacidad de alimentarse de varias especies de plantas, entre las cuales, por desgracia, se encuentran las tomateras. Tiene así mismo la capacidad de sobrevivir hasta un año en los restos vegetales, lo que subraya la importancia de deshacerse de todo el material infectado en un cultivo (por esta u otras enfermedades) cuando se realiza una poda de saneamiento o la retirada de frutos contaminados.
La infección por el hongo se produce por la germinación de las esporas en el interior de la planta, a la cual acceden por pequeñas heridas o fisuras de las epidermis producidas por golpes o lesiones de distinto origen e incluso por las picaduras de algunos insectos parásitos. Esto nos lleva a considerar que Alternaria puede aparecer como infección secundaria cuando ciertas plagas de insectos están presentes en nuestros cultivos, haciéndose vital la necesidad de erradicarlas también para evitar reinfecciones constantes.
Una vez que las esporas han germinado y las hifas han empezado a extenderse por el interior del huésped, los síntomas de la enfermedad empiezan a ser conspicuos en el exterior del vegetal. Dichos síntomas incluyen:
Lesiones oscuras (marrones o negras) con formas alargadas o circulares, formando una serie de anillos concéntricos, y que pueden estar rodeadas de un halo clorótico. Aparecen tanto en hojas como en tallos y frutos. Los frutos infectados por alternariosis deben ser descartados y no son aptos para el consumo.
Marchitez de la planta, caída de hojas y finalmente la muerte si no se actúa rápido, debido a la rápida progresión de la enfermedad por la planta y posteriormente la infección del resto del cultivo. Si no se detectan los síntomas a tiempo y se actúa en consecuencia podría darse la pérdida completa de la cosecha.
Diseminación
La infección por el hongo puede producirse por la obtención de semillas contaminadas. La diseminación de las esporas suele darse a través del viento o del agua, pudiendo propagarse por todo el sistema de riego.
Las esporas son formas de resistencia y, como tales, son capaces de aguantar condiciones muy severas y permanecer con capacidad infectiva durante años.
Condiciones de aparición de la enfermedad
La infección de los vegetales suele ocurrir sobre todo cuando las temperaturas son cálidas, lo cual favorece su germinación y crecimiento. La humedad también favorece tanto la dispersión como la germinación de esporas.
Por último, un factor a tener en cuenta es el estrés del vegetal, provocado por cualquier agente de tipo biológico o abiótico, los cuales pueden propiciar o agravar la enfermedad producida por la Alternaria.
Cómo enfrentarnos a una infección por Alternaria
La alternaria puede combatirse si los síntomas son detectados a tiempo, o bien con anticipación si sabemos que estamos en una zona propensa o tenemos algún factor que favorece la aparición de la enfermedad.
En la mayoría de los casos es mejor prevenir una enfermedad de esta índole que intentar erradicarla cuando ya se haya extendido. Por ello, lo mejor para proteger a los cultivos frente a micosis de este tipo es usar un fungicida preventivo de amplio espectro como Belprón, que además de combatir la alternaria en el tomate es capaz de impedir la aparición de una amplia variedad de hongos patógenos. Si quieres saber más sobre éste completo fungicida, echa un vistazo al último post de nuestra sección de noticias.