La biotecnología aplicada a los alimentos y la agrobiotecnología son dos de las áreas de investigación a las que las empresas relacionadas con el sector agrícola están dedicando más recursos y dinero en los últimos tiempos. Esto se debe al gran potencial que esta ciencia multidisciplinar puntera posee para mejorar tanto la producción, como la calidad del producto que finalmente se ofrece al consumidor.
¿Qué es la biotecnología?
El término “biotecnología” es acuñado por primera vez por el ingeniero agrícola Karl Ereky a principios del siglo XX. Se trata de un área multidisciplinaria en la que intervienen la física, la química, la biología y la ingeniería entre otras ciencias; y cuya definición más aceptada en la actualidad es la de “cualquier aplicación tecnológica que utilice organismos vivos o derivados de los mismos para crear o modificar productos o procesos para usos específicos”.
¿Para qué sirve la biotecnología?
Las aplicaciones de la biotecnología en el área de la alimentación son innumerables. Van desde las más conocidas, como pueden ser la creación de OMGs (Organismos Genéticamente Modificados), hasta las más novedosas como la producción de insecticidas respetuosos con el medio ambiente. Antiguamente, el método de obtención de cualidades deseables en determinadas variedades vegetales era la tradicional, larga y tediosa selección artificial; que utilizaba el cruce durante generaciones y generaciones de las plantas que mostraban las mejores características. Ahora, gracias a los modernos conocimientos genéticos y fisiológicos de los organismos, ese tiempo se puede acortar enormemente y el proceso se produce de forma más eficiente.
La importancia de la biotecnología en la alimentación
La biotecnología ha demostrado ser una poderosa herramienta para la creación de mejores alimentos para el consumidor, creando cultivos más resistentes, más productivos y más respetuosos con el medio ambiente. La biotecnología es una disciplina apta, incluso, para su uso en cultivos orgánicos.
Ejemplos de ello son los cultivos bacterianos desarrollados por Probelte, que sustituyen a los fertilizantes tradicionales, como pueden ser las distintas fórmulas de Biopron, o el novedoso Bulhnova; que contienen microorganismos fijadores de nitrógeno y solubilizadores de fosfatos, además de producir otras sustancias beneficiosas para los cultivos. De esta manera reducimos la cantidad de sustancias adicionadas al alimento, que llega a la cadena alimenticia más “limpio”.
Otros productos agrobiotecnológicos interesantes son los que favorecen el desarrollo vegetal, como Strongest, que contiene bacterias que sintetizan sustancias promotoras del enraizamiento. Esto permite mejorar la nutrición de las plantas y disminuir el estrés que se produce tras los trasplantes. De esta manera, los cultivos se desarrollan de manera más eficiente, asegurando propiedades organolépticas más apetecibles; todo ello, además, utilizando un producto no contaminante y 100% biodegradable.
Por último, cabe destacar el desarrollo de las distintas variedades de Belthirul, un efectivo insecticida que afecta selectivamente a lepidópteros por ingestión, lo que evita daños colaterales a insectos beneficiosos que no consumen los cultivos. De esta manera, las cosechas crecen fuertes y sin enfermedades que pueden afectar a la calidad del alimento. Bethirul ha sido desarrollado a partir de cultivos de B. thuringiensis, unas bacterias esporuladoras que sintetizan toxinas específicas no contaminantes.