Las Naciones Unidas es una organización internacional creada en 1945 con el propósito principal de mantener la paz y seguridad entre las diferentes naciones, aunque esta no es su única tarea. Otra de sus funciones consiste en intentar promover la cooperación internacional para lograr solucionar los problemas globales que considera urgentes, y es en este contexto en el que simbólicamente a cada año se le otorga el título de año internacional de una materia a la que pretende dar visibilidad.
2020, por tanto, ha sido elegido el Año Internacional de la Sanidad Vegetal, un tema muy acertado si tenemos en cuenta la magnitud de la expansión que han alcanzado algunos patógenos dañinos para ciertos cultivos y para la flora salvaje, y más si pensamos en el grado de dependencia absoluto que nuestra especie tiene con el reino vegetal.
Qué peligros conlleva la propagación de material vegetal infectado
El comercio y transporte de material vegetal susceptible de portar plagas o enfermedades se está convirtiendo en un verdadero problema para áreas tan importantes como la economía, la agricultura e incluso el medio ambiente.
El abaratamiento de los costes de importación y exportación, así como el intento de conseguir una cierta competitividad comercial sobre determinados productos, son dos de los principales factores que están agravando dicho proceso, lo cual acaba derivando en crisis como la que actualmente vive el sector agrícola español.
Volviendo a la salud vegetal, afortunadamente, en los últimos años se está produciendo un aumento de la sensibilidad frente a dicho tema a nivel estatal, europeo y global. Sin ir más lejos, el 14 de Diciembre del año pasado entró en vigor la nueva regulación (EU) 2016/2031, una ley que ya había sido aprobada en mayo de 2013 y que pretende precisamente mejorar la trazabilidad de este tipo de productos con el fin de evitar la expansión de los problemas fitosanitarios.
El nivel de alerta, aun pudiendo parecer exagerado, no es para menos, ya que se calcula que hasta el 40% de los cultivos a nivel global se pierde debido a las plagas y enfermedades, lo que a su vez provoca pérdidas millonarias al sector agrícola, y es causa de hambruna y pobreza en las zonas rurales.
Las plantas conforman el 80% de todos los alimentos a nivel mundial, y producen el 98% del oxígeno que respiramos. También forman una parte indispensable de la gran mayoría de los ecosistemas terrestres, por lo que su salud es un problema que nos concierne a todos y al que debemos tratar de encontrar una solución en un plazo lo más corto posible.