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Consejos para elegir el fertilizante orgánico perfecto

fertilizante orgánico

Los agricultores han tratado siempre de obtener cosechas sanas y el máximo de producción posible, percatándose de que si querían cultivar varias veces un mismo suelo debían abonarlo periódicamente o las plantas perdían su vigorosidad en cultivos posteriores.

Con el paso del tiempo, y gracias al avance de la ciencia, los fertilizantes han ido cambiando en cuanto a composición y forma de administración, encontrándonos hoy en día una gran variedad a nuestra disposición, especialmente en lo referente al uso de fertilizante orgánico.

¿Es lo mismo fertilizante orgánico que abono? ¿Qué diferencias existen entre los dos?

Cuando hablamos de estas palabras mucha gente tiende a pensar que son sinónimos, cuando la realidad es que su composición y forma de actuar no se parecen en absoluto.

¿Qué es un fertilizante?

Un fertilizante es un compuesto en formato sólido o líquido, de tipo mineral, en cuya composición podemos encontrar los compuestos nutritivos que la planta absorbe directamente mediante su sistema radicular; siendo los más importantes los nitratos, nitritos, fosfatos, sales de potasio, oligoelementos y en algunos casos quelantes y otros productos que ayudan a solubilizar los mismos en el agua con la que se aplican.

¿Qué es un abono?

Los abonos son, en contraposición, compuestos orgánicos de origen animal o vegetal que se adicionan al sustrato y le otorgan mejores propiedades y nutrientes para las plantas. Ejemplos de ellos son el guano, los excrementos del ganado o algunos cultivos de leguminosas que se arrancan y entierran para aportar nitrógeno gracias a sus nódulos ricos en rizobacterias.

Así mismo, existen fórmulas desarrolladas de fertilizante orgánico, cuya composición ha sido diseñada en un laboratorio para maximizar los beneficios de los nutrientes que poseen. El mejor ejemplo de ellas lo tenemos con Amipowder, un producto que contiene aminoácidos libres y un aminograma completo, y que no solo sirve para nutrir a la planta, sino que actúa como bioestimulante, ayudando a la síntesis protéica y protegiéndola del estrés ambiental.

Abonos y fertilizantes orgánicos son sinónimos, aunque a algunas personas les gusta denominar como fertilizantes orgánicos específicamente a aquellos que son aptos para el cultivo ecológico.

¿Por qué elegir un fertilizante orgánico frente a uno normal?

Los fertilizantes orgánicos no solo nutren el suelo, sino que permiten el crecimiento de la microbiota y microfauna, las cuales serán las encargadas de descomponer dichos compuestos, transformándolos poco a poco en nutrientes solubles que serán absorbidos lenta y progresivamente por las plantas. Así mismo, otra característica importante de estos compuestos es que mejoran la estructura del suelo, aportándole porosidad y permitiendo la formación de sustancias orgánicas complejas como el humus. Estas mejoran la retención de nutrientes del suelo e impiden su lixiviado hacia la capa freática, con la consiguiente pérdida de dinero y contaminación de los acuíferos.

Los fertilizantes normales no pueden evitar esto, poseyendo un menor margen de error en cuanto a dosificación se refiere, y que esta se realice en momentos específicos del crecimiento vegetal. Por lo tanto, un fertilizante orgánico es una mejor opción y si lo necesitas, los productos biofertilizantes en probelte.com pueden ayudarte a mejorar la salud de tu campo.

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