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Cómo cultivar algodón: todo lo que debes saber

El algodón es un importante cultivo de zonas tropicales y subtropicales. Su producción es de alto interés en valor, pero es una planta exquisita en cuanto a sus condiciones. Se puede adaptar decentemente al clima del levante español, aunque sus requerimientos de agua la hacen una planta demasiado exigente. ¿Qué necesitas saber para lanzarte a su cultivo?

Algodón: una planta subtropical de gran interés

ElGossypium es un género que abarca diversas especies tropicales y subtropicales del algodón. El algodón es la fibra natural más importante que se produce en el mundo, su importancia empezó en el siglo XIX con el proceso de industrialización. Actualmente, esta planta representa un 2,5% de la superficie total bajo riego, siendo el tercero de los cultivos que más agua consume en términos generales.

También es un vegetal que necesita de cierta protección contra el frío, y aguanta muy mal las heladas. España no se encuentra en la lista de principales productores de algodón, pero tiene una buena extensión en superficie apta para su explotación.

Cómo cultivar algodón

Cultivar algodón es exigente, aunque merece la pena su cosecha. Gossypium requiere de suelos profundos, capaces de retener agua, para mantener la humedad durante todo el ciclo del cultivo. Los suelos salinos son tolerados por el cultivo del algodón, incluso en cantidades elevadas, sin sufrir la planta ningún tipo de disminución en su rendimiento productivo. Una vez labrado el suelo y plantada la semilla, debemos preocuparnos por el abonado.

Una vez escogido el terreno, se ha de limpiar de malas hierbas y realizar el abonado de fondo. Para ello se prepara el suelo con el subsolador y se dan pases de cultivador para mullir y airear. La estructura del suelo debe ser medianamente uniforme, sin grandes cortes que desnivelen el cultivo.

El algodón es muy exigente en cuanto a su fertilización, aunque podemos usar agentes biofertilizantes, como Bulhnova, para mantener una fertilización estable, combinada con abonado orgánico. También se recomienda reforzar con nitrógeno ya que este macronutriente es uno de los principales en la producción del algodón. El riego, como decíamos, también es una de las partes más importantes a tener en cuenta. Dependiendo de la época del año, y de las precipitaciones, el algodón necesita entre los 3.7 y los 1.9 mm/m2 y día de riego.

Esta planta tiene un crecimiento que dura entre 150 y 180 días, y no puede sufrir heladas durante este periodo. La germinación óptima se logra con temperaturas de 18ºC a 30ºC, con un mínimo de 14º C y un máximo de 40ºC. Por ello, otoño y primavera suelen ser las mejores épocas para cultivarlo, además de la situación de mayor cantidad de lluvias.

Tras alcanzar entre los cinco y diez centímetros, toca el momento del aclareo, cuyo objetivo es eliminar las plantas que interfieren unas con otras, dejando unas 10 plantas por metro lineal, es decir, una plantación de 100.000 brotes por hectárea. Es una operación costosa y que se realiza a mano. Otra operación que se realiza a mano es el despunte, que consiste en cortar los extremos o brotes herbáceos de las ramas más altas. La última operación será la recolección, que puede ser mecánica o mano, cuando las cápsulas comienzan a abrirse.

Control de plagas y enfermedades

Otro aspecto importante a tener en cuenta en el cultivo del algodón es la cuestión de las plagas y enfermedades de esta planta. Entre las plagas más comunes encontramos el heliotis, el gusano rosado (Pectinophora gossypiella), la araña roja (Tetranichus urticae) y los pulgones de la especie Aphis gossypii. Existen otras plagas que atacan al cultivo aunque no son tan comunes, como la oruga espinosa, la mosca blanca, la prodenia o los trips.

Para todos estos existen diversos tipos de productos pensados específicamente para el problema. Entre los mejores insecticidas encontramos productos respetuosos y eficientes, como Belthirul; y también tradicionales y de amplio espectro, como Belproil. Por supuesto, los ataques de hongos no pueden descartarse teniendo en cuenta la gran cantidad de agua del cultivo. Los hongos pueden combatirse con numerosos productos de control, aunque son más difíciles de prevenir.

En general, las enfermedades fúngicas del algodón son pocas y generalistas. A la planta le afecta Lasiodiplodia sp y la común Fusarium sp, además del mildiu gris. Aunque no son frecuentes, su aparición puede suponer una catástrofe si no se actúa rápidamente. Para controlar la infección podemos usar un rango muy amplio de fungicidas, entre los que destacan los sistémicos, como Beltanol; o los de amplio campo de acción y cierto efecto preventivo, como Belprón. También existen los de acción directa y permitidos para uso ecológico, de base cúprica, y un sinfín más de formas que se pueden adaptar al máximo a nuestras necesidades y las del cultivo del algodón.

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