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4 productos para combatir las enfermedades de los cereales

Las enfermedades de los cereales son uno de los principales problemas a los que se enfrentan los responsables de estos cultivos para asegurar el buen estado de sus cosechas en cualquier época del año. Evitar que tengamos resultados negativos en la explotación de una parcela pasa por conocer estas patologías y las opciones que tenemos a nuestro alcance para combatirlas de manera efectiva.

Principales enfermedades de los cereales

Existen muchas patologías que afectan a las diversas variedades de cereales y que pueden tener orígenes diversos, desde una semilla infectada a suelos contaminados, pasando por enfermedades que afectan a la parte aérea de la planta. En todos los casos, es indispensable que se preste atención a la aparición de los primeros síntomas, para evitar que se desarrollen por completo. Para conseguir este objetivo, necesitamos conocer los principales hongos y microorganismos atacantes.

Hongos del trigo

Algunas de las principales enfermedades de los cereales que afectan el trigo son las septoriosi, la roya y la roya amarilla.

La septoriosis está ocasionada por varias especies de Septoria sp. En concreto,  la septoriosis del trigo, causada por Septoria tritici, constituye una de las enfermedades de los cereales más características del invierno, aunque es menos conocida. Las esporas de este hongo tienen preferencia por las plantas más jóvenes y necesitan de temperaturas frías para desarrollarse, además de la presencia de agua. Sus primeros síntomas aparecen entre una y dos semanas después de la infección y se observan, sobre todo, como puntos negros en manchas necrosadas de color marrón claro.

También puede desarrollarse una septoriosis específica que afecte a las glumas y está causada por Stagonospora nodorum. Esta infección en particular se transmite por semillas y puede provocar marras de nasciencia, plantas que no llegan a agarrar, en el peor de los casos. 

La roya parda y la roya amarilla son dos enfermedades de los cereales que están producidas por los microorganismos Puccinia recondita y Puccinia striiformis, respectivamente.  

La roya amarilla destaca por sus pústulas amarillentas, que aparecen en lesiones lineales paralelas de las hojas. También puede afectar a la espiga. Por su parte, la roya parda se desarrolla con manchas anaranjadas o amarronadas. 

Enfermedades de la cebada

Dos de las enfermedades de los cereales más habituales en la cebada son la helmintosporiosis y la rincosporiosis.

La helmitosporiosis se produce por el hongo Pyrenophora teres. Los primeros síntomas que se detectan son en las hojas inferiores y tienen forma de rayas oscuras. También se pueden producir otras ovaladas y de red.

Por otro lado, la rincosporiosis es el resultado de una infección por el hongo Rhynchosporium secalis. Afecta a la hoja y las espigas en forma de una escaldadura de borde oscuro.

Hongos de la avena

La avena también sufre el ataque de ciertos hongos que pueden llegar a acabar con la cosecha e, incluso, con el cultivo por completo. Una de las enfermedades de los cereales más habituales en estas explotaciones es la conocida popularmente como carbón vestido. Esta patología destaca porque no es visible externamente. De hecho, el aspecto de la planta es completamente normal a simple vista. En cambio, el interior del grano se convierte en un polvo negruzco. Esta patología está originada por el microorganismo Ustilago levis o Utsilago avenae. 

También es habitual la versión contraria, es decir, el carbón desnudo. En este caso, queda afectada la parte aérea de la planta, y el hongo responsable es el Ustilago tritici.

Asimismo, debemos tener especialmente en cuenta la posibilidad de que la avena sufra la roya anaranjada, una enfermedad específica de este cereal que puede causar graves daños a la explotación. En realidad afecta tanto a la cantidad como a la calidad del cereal. 

Uno de los factores más destacables de este hongo de la avena es que se presenta en diversas variedades, por lo que es difícil conseguir que una plantación de este cereal sea resistente a todas. Curiosamente, este microorganismo se desarrolla en las condiciones más adecuadas para el crecimiento de la avena. Es decir, en un ambiente soleado y templado, con rocío y ligero viento. Por lo tanto, es habitual que los años en que, en teoría, debería haber una mejor cosecha, los cultivos acaben corriendo un serio peligro.

Cómo combatir las enfermedades de los cereales

Ya hablemos de enfermedades de los cereales en invierno o de otras patologías que pueden atacar estos cultivos en diferentes condiciones climáticas y sus fases de desarrollo, es necesario que estemos atentos a la aparición de cualquier síntoma que pueda alterar mínimamente las plantas. Aplicar los tratamientos adecuados en el momento oportuno es un requisito indispensable para optimizar el rendimiento de los cultivos y conseguir cosechas de calidad.

El uso de tratamientos fungicidas específicos para las semillas, el suelo y las propias plantas es la opción más adecuada para conseguir la adecuada prevención y control de la aparición de alguna de estas enfermedades de los cereales

En Probelte somos conscientes de la necesidad de contar con un producto eficaz para luchar contra las enfermedades del trigo y la cebada, entre otros microorganismos. Por eso, nuestros laboratorios han diseñado Maredo, un fungicida de muy amplio espectro y elevada funcionalidad en este tipo de cultivos.

  • Maredo se aplica por vía sistémica, y tiene acción preventiva, curativa y erradicante de enfermedades de los cereales. Se puede usar en la avena, la cebada, el trigo y el centeno en pulverización normal, con un plazo de seguridad de 28 días. Trata patologías tan habituales como las royas, la Septoria y otras infecciones como las producidas por Rincosporium, o la helmintosporiosis.
  • Sulfaprón L es un fungicida de acción preventiva y curativa, especialmente diseñado para controlar el oídio en los cereales. Su ingrediente principal es el azufre, y se considera un macronutriente fundamental en todos los cultivos.
  • Rumble es un fungicida de contacto de amplia eficacia a la hora de combatir los hongos multiparásitos. Se aplica para el control de septoriosis en el trigo y del Helmintosporium en los cultivos de cebada.
  • Belprón es un fungicida preventivo de contacto, capaz de inhibir la germinación de las esporas del hongo. Está especialmente recomendado para el tratamiento de la roya y la septoria en el trigo.

Contar con un fungicida efectivo y de fácil aplicación es indispensable para que los responsables de explotaciones de cereales puedan mantenerlas en las mejores condiciones posibles.

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